Su estancia en París- donde por cierto conoció a su marido-, así como su definitivo establecimiento en Nueva York ( lugar en el que moriría a los 50 años a causa de una parálisis que se vio complicada con un alcoholismo que hizo que la enfermedad avanzara a pasos galopantes) determinaron la forma y la temática de sus obras. Estas están cargadas por una obsesiva relación con la soledad y así, en 1940, publica una excelente, emotiva y trágica novela: El cazador es un corazón solitario. En ella se cuenta la historia entre dos mudos - Jhon Singer y Spiros Antonapoulos-, entre los blancos pobres que , junto a los negros( aún más pobres)deambulan por una ciudad sureña como almas en pena, presentando un turbador fresco en el que la soledad es un muro imposible de traspasar. Su siguiente obra ,Reflejos en un ojo dorado( 1941), adaptada al cine con un magnífico Marlon Brando como protagonista, desborda sensualidad por todas sus páginas; más tarde, Frankie y la boda ( 1946), presenta a una adolescente que se ve obligada- ante la boda de su hermano mayor- a enfrentarse con sus propios cambios. La balada del café triste ( 1951) reune una galería impresionante de retratos grotescos; y, como colofón, Reloj sin manecillas, (1961) última obra escrita en la que se trata un tema tan manido, pero que no deja de interesar como es la segregación racial.
Carson Mccullers fue consciente que pertenecía a una marca de estilo, a un modo de novelar( la de los escritores sureños norteamericanos) de la cual no pudo desligarse en su corta, pero interesantísima trayectoria. Si no, basta mencionar algunos de los autores adscritos a esta tendencia ( algunos amigos suyos) como Faulkner, Tenessee Williams o Truman Capote. Un grupo, del que la eterna adolescente que nunca dejó de ser, pasó a formar parte.
4 comentarios:
Sí, la conocía y no había leído nada de ella, ahora intentaré si tengo tiempo leer por lo menos "Reloj sin manecillas" que anda por casa...
Gracias adelantadas...
Y tendré que ver si tenemos algo de ella en la biblioteca.
Gracias, José Mª.
Os agradezco vuestros comentarios, tanto sobre la reseña bibliográfica com por- a ti Miguel- la valoración positiva del expediente. Siempre anima a los escritorzuelos
"El cazador es un corazón solitario" deja un sabor agridulce y imágenes mentales inolvidables.
"En la ciudad había dos mudos, y siempre estaban juntos.Cada mañana a primera hora salían de la casa en que vivían y, cogidos del brazo, bajaban por la calle..."
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