Emilio Calatayud es Juez de menores en Granada, y se ha hecho “famoso” por algunas sentencias que impone a los menores que comenten infracciones de tráfico, peleas, daños, robos,… “Dibujar un cómic sobre sus delitos”, “narrar lo que ha hecho”, “sacarse el graduado en ESO”, “Ayudar a personas mayores”, “visitar accidentados en un hospital”, “limpiar la vía pública después de un botellón”, y de ese estilo; aunque cuando la cosa es seria, también sabe enviar a los menores a un Centro de Reforma de Menores.
En "Mis sentencias ejemplares", aconsejable sobre todo para padres, nos habla de estas sentencias, y de todo lo relacionado con la delincuencia de menores y sus causas. Calatayud transmite optimismo y deposita una gran confianza en la educación. Considera que la delincuencia de menores está relacionada con el entorno y la sociedad, “todos somos culpables”, y por tanto es tarea de todos la integración y rehabilitación de los menores delincuentes: “si la rehabilitación sale bien, todos nos beneficiamos del éxito. Tendremos un futuro más seguro y una sociedad mejor. Si sale mal, todos perdemos. Aunque sea por puro egoísmo, nos interesa recuperar a los delincuentes infantiles y juveniles, antes de que sean adultos. Es más rentable que nuestros impuestos se inviertan en ese objetivo que en construir cárceles o en pagar a más policías”. Y esta tarea es labor de todos: padres, instituciones, maestros, jueces, psicólogos,… Este juez se atreve a meterse con los políticos, los padres, la educación, y con la hipocresía social; y suele, sin pretenderlo, dar buenos consejos educativos.
Es un libro muy interesante. No esperemos detrás de los mensajes de Calatayud grandes teorías políticas, psicológicas, educativas, jurídicas o sociológicas; lo que sí hay es inteligencia y sobre todo, mucho sentido común.
Bartolomé Miranda Jurado
(profesor de Filosofía)
En "Mis sentencias ejemplares", aconsejable sobre todo para padres, nos habla de estas sentencias, y de todo lo relacionado con la delincuencia de menores y sus causas. Calatayud transmite optimismo y deposita una gran confianza en la educación. Considera que la delincuencia de menores está relacionada con el entorno y la sociedad, “todos somos culpables”, y por tanto es tarea de todos la integración y rehabilitación de los menores delincuentes: “si la rehabilitación sale bien, todos nos beneficiamos del éxito. Tendremos un futuro más seguro y una sociedad mejor. Si sale mal, todos perdemos. Aunque sea por puro egoísmo, nos interesa recuperar a los delincuentes infantiles y juveniles, antes de que sean adultos. Es más rentable que nuestros impuestos se inviertan en ese objetivo que en construir cárceles o en pagar a más policías”. Y esta tarea es labor de todos: padres, instituciones, maestros, jueces, psicólogos,… Este juez se atreve a meterse con los políticos, los padres, la educación, y con la hipocresía social; y suele, sin pretenderlo, dar buenos consejos educativos.
Es un libro muy interesante. No esperemos detrás de los mensajes de Calatayud grandes teorías políticas, psicológicas, educativas, jurídicas o sociológicas; lo que sí hay es inteligencia y sobre todo, mucho sentido común.
Bartolomé Miranda Jurado
(profesor de Filosofía)
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