jueves, 27 de marzo de 2008

LOS MISERABLES de Victor Hugo


No se me viene a la memoria, en esta tarde desapacible y poco dada a las elucubraciones literarias, quien fue el que dijo que "si quieres ser moderno, retoma a los clásicos"; en verdad, poco importa si es cierto o si la cita es aplicable a todos ellos.De alguna manera habríamos de iniciar nuestro comentario; esta es una más.

Mi intención no es ni realizar una crítica erudita de la obra, ni , por supuesto, desentrañar el alma humana a través del análisis de la misma. Es más sencilla y- quizá por ello- más difícil de lograr: acercar a los jóvenes a su lectura.
Sabemos de la importancia del héroe en la juventud- en la vejez, importa más la mujer, el hombre sólo-, y esta novela los tiene. Por pares: un fortachón ex convicto( Jean Valjean) que se verá perseguido por el clásico policía: un sabueso de a los que difícilmente se le escapa la presa; su sólo nombre ya impone: " Javert". Una pequeña muchacha que, de ser pobre y desamparada, pasará a ser bella y admirada por, evidentemente, el atractivo galán que desafiará al destino por conseguir su amor. Una se llama Cossette- ¡sonoro nombre!; el otro, Marius, latinizado nombre que recuerda más a una marca de refrescos que a este segundo héroe. Como fondo de estas aparentemente sencillas relaciones, se dibuja un París en "llamas"; esto es, un París revolucionario, donde el pueblo, humillado por la política que los reyes de Francia les impone, se levantará en armas construyenddo barricadas aquí y allá para destronar al opresor.

Huídas, amoríos, venganzas, pilluelos, asesinos... son elementos que aparecen una y otra vez en la novela y que engarzan una trama interesante, apasionada y, finalmente, superdivertida.


Habrá quien diga( seguro que "la gente mayor y encopetada" ) que " Los Miserables" es mucho más, que es "la marcha del bien al mal, de lo injusto a lo justo, de lo falso a lo verdadero, de la noche al día, del apetito a la conciencia, de la podredumbre a la vida, de la bestialidad al deber, del infierno al cielo, de la nada a Dios". Y, en efecto, estas últimas palabras son las que emplea en la misma novela su autor, Victor Hugo, para tomar un punto de partida. Pero esto último es cosa de mayores.

martes, 18 de marzo de 2008

Un viejo que leía novelas de amor


No recuerdo un título que haga menos honor a la historia que relata. José Antonio Bolívar no es el protagonista anticuado de una novela rosa. Es alguien que sobrevive en un entorno ferozmente paradisiaco. Ocurre también en la actualidad; vivimos en una especie de selva rodeados de la codicia del extranjero, la barbarie humana y las tribus -cada vez más frecuentes- con sus respectivas culturas. Él es un ser que sale de su entorno para encontrarse a sí mismo y encuentra una tribu de indios (los Shuar) que lo cuidan y transmiten su legado, esto le hace encontrar un lugar propio entre los habitantes de El Idilio- curioso nombre por cierto tratándose de un lugar estancado en el tiempo sin apenas esperanzas-.
Luis Sepúlveda, su autor, utiliza un lenguaje cristalino, escueto y preciso. Es muy entretenido de leer, y es capaz de introducirte en la selva amazónica con todos los seres que la habitan. Me ha gustado mucho, y a la vez, me ha sorprendido porque el título da que pensar. Creí que se trataba de algo muy diferente, por eso la recomiendo. Os gustará, seguro.

viernes, 14 de marzo de 2008

Maus: un ejemplo para todos

Ya lo mencionamos en NOSOLOLIBROS a propósito de un especial sobre literatura basada en la época nazi, pero no le habíamos dedicado el espacio que merece a un libro que destaca entre todos. El éxito de El niño con el pijama de rayas, una obra de segunda cuyo único interés es su éxito entre los jóvenes, viene bien para sacar a la luz de nuevo una obra antigua, reeditada, que pasa por ser un verdadero ejemplo de todo lo mejor: es el único cómic ganador de un Pulitzer, pero sobre todo es una de las pocas obras sobre la época nazi NO maniqueísta -qué difícil, en estos tiempos de falsa libertad de ideas en las que o estás de su lado o estás contra él, el todopoderoso poder, llámese progresista, conservador o políticamente correcto-.

La obra parte del sencillo tópico por el cual el hijo visita al padre para que le cuente su vida. A partir de ahí mezcla las dos historias -presente y pasado- en un entramado magnífico que le sirve para comentar su propio cómic, sus propias elecciones, incluso otros cómic, esto es, un metacómic ¿no?

La obra, de agradabilísima, sencilla y humana lectura -a pesar de estar dibujada como animales- no hace ninguna concesión a las mentiras idealistas, tan típicas de las películas sobre la época con nazis diabólicos y santísimos judíos. Aquí sufrimos y comprendemos que fue una tragedia injusta e inhumana sin necesidad de que se nos mienta. El protagonista, que tanto sufrió en los campos nazis, es luego un avaro racista contra los negros, no se oculta la existencias de judíos colaboracionistas o de polacos pronazis, ni siquiera el autor, Art Spiegelman se presenta como un buen hijo; todo parece tan real, que no cuesta vivir la historia.

Por eso Maus es un ejemplo para todos, porque hoy día, toda esa gente que habla de la capacidad crítica y esas cosas, son en realidad unos mentirosos, entienden por capacidad crítica la posibilidad única de criticar a quienes no piensan como ellos y son incapaces de aceptar que la historia no se hace con mentiras (confunden historia con propaganda). Maus no es propaganda, ni progresismo barato, Maus es un pedazo de obra de arte hecho con pedazos de seres humanos auténticos.

domingo, 9 de marzo de 2008

Vista Cansada (Luis Garcia Montero)

Luis García Montero, buscador incansable de la palabra precisa, nos ofrece un texto íntimo y reflexivo utilizando un lenguaje coloquial y reivindicativo sin llegar al realismo total de Roger Wolf.
El título hace alusión a una realidad que sufre -vista cansada- contra la cual, en lugar de cerrar los ojos para aliviar un mal tan común, decide limpiar el cristal del pasado para mirar con transparencia hacia el futuro. A lo largo del trayecto que recorre va asimilando, meditando, sobre cuestiones como la infancia, la política, sus creencias y las de los demás. A lo largo de toda su obra son temas a los que recurre continuamente, pero es en este libro donde recrea su memoria y se delata en cada matiz íntimo. Si no es un libro de memorias, se parece mucho. Es el libro de poemas que más me ha gustado del autor, quizás por esa sensibilidad que comparto hacia un pasado casi común.

Me sorprendió sobre todo un verso que cuando lo leí, pensé que estaba escrito para mí; pertenece al poema "Ciudad Nativa":

" Hay recuerdos y árboles forzados a crecer

como la madera deshojada

de un lápiz de colores"

miércoles, 5 de marzo de 2008

El refrito de les Luthiers

Aunque según los expertos en el tema (aquellos que los han visto en directo muchas veces) no es su mejor espectáculo, Les Luthiers no defraudaron ayer en el pabellón Vistalegre de Córdoba.
El espectáculo, titulado Las obras de ayer, el refrito, consitía en un repaso antológico de su más celebres intervenciones:
El sendero de Warren Sánchez,
La balada del 7º regimiento,
Cantanta del Adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras,
San Ictícola de los peces,
El obstetra,
Quien conociera a María amaría a María, y
La hora de la nostalgia.
Una antología breve que nos dejó tiempo para comentar posteriormente los números en la cena (menos mal).
Les Luthiers conjugan tres elementos del espectáculo que los caracterizan: la música, el mimo y la palabra. En el aspecto musical, sus interpretaciones son agradables y efectistas y como luthiers, sorprendentes por las instrumentos que fabrican y que se integran en el espectáculo no sólo por su sonido, sino por su forma y participación: los intrumentos se convierten en ciertas escenas en utillería de los actores. Esta denominación me sirve para recordar que les Luthiers son esencialmente actores, y dentro de esa categoría, actores mimosos, mimados y mímicos que recurren constantemente a la caricatura de la mueca, al histrionismo de la postura imposible o del gesto hilarante.
Pero si hay algo en lo que destacan es en su palabra, instrumento que usan como malabares con continuos juegos, esos juegos que eran los que las más de las veces arrancaban las risas del público. Esta base lingüística ha motivado la buena consideración de Les Luthiers, un grupo cómico, entre la gente de la cultura. Agrada, pues, que un grupo en principio más elitista se haya convertido en un grupo cómico casi popular (y digo casi popular porque no son Los Morancos, ni Cruz y Raya).
Otra de las bazas que juega Les Luthiers es el contenido de sus espectáculos, siempre crítico con aspectos de nuestra cultura e historia ( el descubrimiento de América, la iglesia, la política...) sin olvidar bromas amables sobre los tópicos de nuestra vida: la mujer, los jóvenes, el hombre, o la vejez.
Desde un principio me sorprendí repitiendo algunos números de memoria y escuchándolos también entre el público, por lo que se ve que después de 40 años de éxito no pueden tener seguidores más fieles. Por ahora, no hay divorcio entre Les Luthiers y su público.