Es verdad que Ignatius J. Reilly es un imbécil. Es un ser de otro mundo que vaga por las calles de una ciudad sureña de la cual nada sabemos ( no os interesa ), excepto
al autor.
Es odioso ante la luz; es realmente contrario ante el placer; ignorante ante la duda;
indeseable ante su madre; "un listo en el trabajo".
Esta novela gira en torno a este sujeto tan admirable, a veces.
Mirna Minkoff es una señorita universitaria irreal.La señorita Trixie, una eficiente señora mayor en el trabajo de los jubilados: El señor González,un gran jefe.Los dueños de Levy Pants,julianes muñoz que aparecen ante los vitrales un poco sucios; ante la realidad de la ruina que es solo aparente..
Policias que se disfrazan como en Carnaval; vecinas que se quejan del ruido de una aguja;dueños de fábricas de salchichas cutres que creen creerse
los jefes de la bolsa en Wall Street. Calles solitarias de siempre; calles que no tienen nombre, a no ser un gran almacén al que vigilan policías inútiles.
La filosofía de Beocio es una respuesta ante tanto desatino; mas Beocio es antiguo, es añejo, es lo contrario a la belleza de las piernas de las jóvenes. Beocio, en definitiva, es un filósofo que sirve de apoyo a los pocos personajes con vida de esta novela.
Nunca se ha de contar el final de un hecho narrado, aunque sea previsible.No seré yo el que cometa tamaño error.
Sólo los negros, los puticlubs hablarán en su tiempo. Es el tiempo de la lectura.
martes, 26 de octubre de 2010
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1 comentario:
Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.
- Daniel
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