Todos crecen menos Peter, de Silvia Herreros, es el último premio de ensayo Caja Madrid publicado en Lengua de Trapo que recibimos gracias a la siempre atenta Virginia.
Como indica el subtítulo (La creación del mito de Peter Pan por J.M. Barrie) la obra gira en torno a la formación de la imagen de Peter Pan como mito infantil y literario. Ya había visto yo algún documental sobre el tema, y el libro naturalmente sigue en la misma línea: la crítica que ha rodeado a Barrie le ha considerado muchas veces un mal escritor y una persona atormentada -poco menos que un acomplejado pederasta homosexual- que casi sin querer tuvo éxito casual con esta obra. Parece como si al estudiar la vida y obra del escritor los propios críticos sufrieran la frustrada desmitificación que tiene el conocimiento de toda realidad. Si los críticos destacan las ideas edipianas y las frustraciones sexuales por las que Barrie mata a todo padre y toda madre, los mismos críticos parecen disfrutar matando a la ilusión infantil (ilusión como ilusión óptica, como fantasía) como si por leer Peter Pan fuesen a creer que realmente existió y su autor fue persona y artista modélico. Existe un empeño en derribar en el que Silvia Herreros no participa a pesar de que no haya evitado citar, razonar, documentar e integrar todas esas ideas y más que la crítica ha ido vertiendo sobre Peter. Porque la autora no derriba, sino que construye más, muchas más ideas alrededor de la obra.
En Barrie, además de lo que ya hemos comentado, encontramos un autor al que parece sobrepasar su cración. Peter Pan no está a la altura de las demás, se sale, sobresale, vuela solo ya. Además no es una obra, es una sucesión de obras que Barrie reescribió y que conforman por tanto un proceso creativo de lo más interesante. Lo curioso es que ese proceso creativo no terminó con su muerte ni ha terminado aún, teniendo en cuenta que el mito se le fue de las manos y otros muchos autores entraron a participar además de que al tratarse de una obra de teatro, las versiones, las puestas en escena, las adaptaciones han creado y recreado sin fin un Peter que paradójicamente no para de crecer.
Y esto llama mucho la atención, porque efectivamente, la primera deducción que se saca de este libro es esta: Peter Pan constituyó un crecimiento continuo en la vida de Barrie. Un crecimiento que tal vez en ocasiones lo llevó hacia atrás, pero crecimiento al fin y al cabo. Desde las primeras ocurrencias y las primeras historias en las que Barrie se basa en niños reales a los que conoce, el autor desenvuelve su imaginación hasta crear un mito (un metamito -sí, ya sé que es un palabro-) sobre otro que realmente lo sobrepasó.
El ensayo de Herreros aporta ideas muy interesantes para interpretar sincrónica y diacrónicamente la obra. En Peter Pan encontramos varias facetas fundamentales: a) la vida como juego de roles; b) Peter como figuración de la recién descubierta figura del preadolescente; c) Dualidad consustancial de Peter, como el cuerpo y la sombra; d) Mito y lo que yo he denominado "metamito" (sí, disculpas por la cacofonía). La autora exprime estas cuatro premisas en una despliegue profundo de documentación y sobre todo de meticuloso análisis.
Aunque no sea una historia, una narración, el ensayo debe tener también su intriga y Herreros la va desplegando a cada capítulo (tal vez dejando poco para el final). No querría ser yo quien estropeara las sorpresas de este libro, sin embargo, no puedo menos que ponderar su valor destacando ideas valiosas que encontramos en su lectura. Una de ellas es que la auténtica protagonista de la obra y su heroina es Wendy, no Peter. Es más, Peter es un antihéroe. Los Peter Pan son hombres inmaduros incapaces de crecer, sin embargo, como dice Kiley en su libro sobre el síndrome:
"Toda mujer ha conocido alguno, se ha casado con él, lo ha dejado o lo ha superado...pero ninguna mujer puede resistirse a ellos".
Y al final, queda como dice la autora, la fascinación del mito, un mito sin duda cuya complejidad he aprendido a valorar leyendo este libro, que no sólo no lo derriba, ni lo trasfigura, sino que lo hace más grande y más cercano. Peter Pan, el niño que no puede ser tocado, sabe dios por qué, es aquí sometido, sin embargo, a todo tipo de análisis sin que se deshaga la figura fascinante que todos recordamos.
domingo, 10 de mayo de 2009
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1 comentario:
Son varias las personas que me han dado una buena opinión sobre este ensayo ganador de los premios de Obra Social Caja Madrid.
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