Existen libros que te elevan la moral, lecturas a medianoche llenas de suspense, autores que llegan a transmitir su esperanza en el mundo; este libro no es uno de ellos. La prosa sencilla de Lars Saabye nos transmite, sin dramatismos aparentes, la poca humanidad de la que la humanidad adolece. La negatividad que rezuma de sus páginas no altera al lector, sino que lo sume en un estado de triste indolencia.
La trama está muy bien encauzada, aunque los personajes llegan a perder credibilidad. Algunos escenarios son maniqueos, pero extremadamente emotivos.
Lo que menos me gustó de este libro fue un final brusco e inesperado, casi sujetado por alfileres, pero que con todo tiene su razón de ser aportando algo al ambiente de impotencia que caracteriza la obra.
Sinopsis
Un hombre desesperado acude, como último recurso, a un médico de dudosa reputación. El famoso pintor Peter Wihl pronto quedará ciego. ¿Hasta dónde estará dispuesto a llegar para salvar su arte, que le prodiga una vida casi perfecta?
Pronto descubrirá que para ganar algo, algo se pierde (o alguien lo pierde). Como bien dice el médico, "la contabilidad moral sigue intacta", pues para recuperar la vista, Peter debe cerrar sus ojos.
sábado, 28 de febrero de 2009
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1 comentario:
Bienvenido, Ricardo, al Club de Críticos y gracias por este interesante análisis.
Espero que tanto tú como otros alumnos y alumnas, os animéis a participar cada vez más.
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