Probablemente sea este libro uno de los que más me impactó cuando lo leí. Me llegó recomendado, y no es una costumbre en mí que lea poesía de esta forma, pero valió la pena. Es un libro que se editó en el año 2001.
Y creedme, no es nada anticuado ni atrasado, es plenamente actual, aunque se lea mucho después de ser editado. En realidad esto pasa en poesía generalmente. La particular forma de escribir de Carlos Marzal, su autor, hizo que buscase desesperadamente todos sus libros para conocer más de cerca su obra y esto me ha pasado con muy pocos autores. Tiene una fórmula poética ágil, un lenguaje original. Pero el hecho de que yo lo recomiende hoy, es que el tema que da título al libro, que en su momento entendí que sólo fué un título original, se ha convertido en objeto de estudio para mí en estos momentos, y he llegado a comprender con más claridad la obra. Creo sinceramente que es uno de los mejores libros de poesía que se pueda leer, y releer. Desde luego deja un buen sabor de boca- o de ojos-.
1 comentario:
A mí me impresionó enormemente. No sé si se debe decir esto, porque se trata de lecturas personales y luego la gente puede quedar decepcionada.
Para un filólogo, esta obra es especialmente recomendada porque se pueden ver los ecos de la historia de la literatura española clásica de forma manifiesta. Esto no quiere decir naturalmente que no se disfrute del libro, sean cuales sean los estudios de uno; simplemente, para los filólogos tiene una serie de "guiños" propios.
Por otra parte, nada más que el primer poema es para quedarse eclipsado leyendo. Recomendé este poema a un componente del grupo de teatro en una prueba para acceso en Arte Dramático en Madrid y sorprendió mucho a los profesores, porque esperaban los poemas de siempre. Eso también me permitió pensar y sentir las mil maneras de recitarlo...
...la luz de las estrellas muertas.
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