miércoles, 22 de octubre de 2014

CRÓNICAS DE JERUSALÉN. GUY DELISLE



CRÓNICAS DE JERUSALÉN
GUY DELISLE
Viajar es fundamental para educarse y relativizar nuestra visión del mundo. Cuando viajo siempre tengo presente que olvidaré muchas de las cosas que veo, pero hay lugares que recordaré por mucho tiempo. Estos lugares siempre están asociados a una historia. Crónicas de Jerusalén nos cuenta la historia autobiográfica de Guy Delisle durante un año en Jerusalén. La fuerza de este cómic reside en la capacidad de llevarnos a una ciudad que posiblemente no visitaremos, y mostrarnos la vida que se respira entre ciudadanos musulmanes, judíos, cristianos y armenios.
Guy Delisle narra su estancia durante un año en Jerusalén con su esposa Nadége y sus dos hijos. Mientras su esposa trabaja para Médicos Sin Fronteras, él se encarga de la vida familiar. En sus ratos libres, pasea dibujando los lugares más bellos y extraños de una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas. En su año de estancia en Israel muestra lúcidamente las causas del conflicto palestino-israelí, los asentamientos de colonos israelíes en suelo palestino, el contraste entre la vida de los ciudadanos de Tel Aviv, Hebrón y Jerusalén.
Con un dibujo aparentemente simple, sencillo y un color azul oscuro y pastel, Guy Deslisle se deja llevar por los detalles en espléndidos dibujos de las calles, plazas, mercados y parques de la ciudad de Jerusalén y, sobre todo, de los monumentos sagrados de esta ciudad.
Con un guión bien narrado, que juega bastante con la voz en off, el cómic tiene ritmo y no se hace aburrido ni pesado, aunque la temática nos pueda llevar a creer que va a ser densa por el hecho de tratar conflictos políticos o religiosos. Guy Delisle va jugando con la experiencia personal para contar temas autobiográficos, pero analizando la forma de ser y las creencias de las personas que conviven en esa zona de Oriente Próximo. Es un magnifico cómic para entender el conflicto palestino-israelí y para conocer la vida que llevan las personas en Jerusalén. Es un cómic fantástico para leer en las asignaturas de Religión y Ética.
Leyendo Crónicas de Jerusalén he recordado la idea de que solo recuerdo de mis viajes aquello que está unido a una historia y, quizá, gracias a Guy Deslisle haya conocido aspectos de Jerusalén, una ciudad que nunca visitaré, por haber leído su  historia.

jueves, 6 de marzo de 2014

HA MUERTO LEOPOLDO MARÍA PANERO

Sí, hoy ha muerto Leopoldo María, ese loco desdentado que ¿asustaba? con la mirada o..¿quizá inquietaba?; porque detrás de sus ojos se escondían nuestras verdades y nuestras mentiras, nuestros sonrojos y nuestros miedos, nuestras miserias y nuestras jactancias, nuestros recuerdos aparcados en la acera por miedo a que nos sirvan de compañía o nuestros logros terrenales inútiles, nuestros lloros y nuestras fiestas, nuestra podredumbre y toda la basura humana...y muchas cosas más.
Sirva de homenaje este duro y tierno poema dedicado a su padre. ¡Aprendan señores cuerdos!


And fish to catch regeneration.
Samuel Butler, Pescador de muertos.
Solos tú y yo, e irremediablemente
unidos por la muerte: torturados aún por
fantasmas que dejamos con torpeza
arañarnos el cuerpo y luchar por los despojos
del sudario, pero ambos muertos, y seguros
de nuestra muerte; dejando al espectro proseguir en vano
con el turbio negocio de los datos: mudo,
el cuerpo, ese impostor en el retrato, y los dos siguiendo
ese otro juego del alma que ya a nada responde,
que lucha con su sombra en el espejo-solos,
caídos frente a él y viendo
detrás del cristal la vida como lluvia, tras del cristal asombrados
por los demás, por aquellos Vous etes combien? que nos sobreviven
y dicen conocernos, y nos llaman
por nuestro nombre grotesco, ¡ah el sórdido, el
viscoso templo de lo humano!
Y sin embargo
solos los dos, y unidos por el frío
que apenas roza brillante envoltura
solos los dos en esta pausa
eterna del tiempo que nada sabe ni quiere, pero dura
como la piedra, solos los dos, y amándonos
sobre el lecho de la pausa, como se aman
los muertos
«amó», dijiste, autorizado por la muerte
porque sabías de ti como de una tercera persona
bebió dijiste, porque Dios estaba (Pound dixit)
en tu vaso de whiski
amo bebió, dijiste, pero ahora espera
¿espera? y en efecto la resurrección
desde un cristal inválido te avisa
que con armas nuestra muerte florece
para ti que sólo
sabías de la muerte. Aquí
¿debajo o por encima?
de esta piedra
tú que doraste la sobrenatural dureza y el
dolor sobrenatural de los edificios desnudos
¿en qué perspectiva
dime acoger la muerte?
en la mesa de disección
tú que danzaste
enloquecido en la plaza desierta
tropezando
hiriéndote las manos en el trapecio del silencio
en pie contra las hojas muertas que
se adherían a tu cuerpo, y contra la hiedra que tapaba
obsesivamente tu boca hinchada de borracho,
danzas, danzaste
sin espacio, caído, pero
no quiero errar en la mitología
de ese nombre del padre que a todos nos falta,
porque somos tan sólo hermanos de una invasión de lo imposible
y tus pasos repiten el eco de los míos en un largo
corredor donde
retrocedo infatigable, sin
jamás moverme
¡ah los hermanos, los hermanos invisibles que florecen,
en el Terror! ¡Ah los hermanos, los hermanos que se defienden
inútilmente de la luz del mundo con las manos,
que se guardan del mundo por el Miedo, y cultivan en la sombra
de su huerto nefasto la amenaza de lo eterno, en
el ruin mundo de los vivos! ¡Ah los hermanos,
Y el ave,
el ave que vuela sobre el mundo en llamas, diciendo solo
a los mortales que se agitan debajo, diciendo
solo: ABISMO, ABISMO!
Abismo, sí, tibia guarida
de nuestro amor de hermanos, padre.
¡Pero tan solos!
¡Tan solos! Fantasmas que hace visible la hiedra
como hiedramerlín como niñadecabezacortada como
mujermurciélago la niña que ya es árbol
crecen hojas
en la foto, y un florecer te arranca
de los labios caníbales de nuestra madre Muerte, madre
de nuestro rezo
florecen los muertos florecen
unidos acaso por el sudor helado
muerto de muchas cabezas hambrientas de los vivos
te esperamos ave, ave nacida
de la cabeza que explotó al crepúsculo
ave dibujada en la piedra y llena
de lo posible de la dulzura, de su sabor
ajeno que es más que la vida, de su crueldad
que es más que la vida
¡ira
de la piedra, ira que a la realidad insulta,
que apalea
a la cabaña torpe de la mentira con verbos
que no son, resplandecen, ira
suprema de lo mudo!
(te esperamos
en la delgada orilla de lo que cae, en el prado
nocturno que atraviesan lentos
los elefantes
percibís el frío
la
conspiración de las algas,
gelatina, escamas, mano
que sobresale de la tumba
manos que surgen de la tierra como tallos
surcos arados por la muerte,
cabezas de ahorcados que echan flor:
decapitados que dialogan
a la luz decreciente de las velas,
¡oh quién nos traerá la rima
la música, el sonido que rompa la campana
de la asfixia, y el cristal borroso
de lo posible, la música del beso!
De ese beso, final, padre, en que desaparezcan
de un soplo nuestras sombras, para
asidos de ese metro imposible y feroz, quedarnos
a salvo de los hombres para siempre,
solos yo y tú, mi amada,
aquí, bajo esta piedra.
  (Poema extraído de un artículo escrito por Manuel LLorente en  EL MUNDO el 6-03-2014)
* La introducción es de José María Santos Blanes




domingo, 30 de junio de 2013

HASTA QUE LLEGÓ SU HORA ( La violencia hecha poesía)


Quizá el tren, el hombre y la belleza femenina estén lejos de la poesía o de los muertos que indican el camino de los raíles que no son el reflejo de la muerte más canalla. Se trata de un apeadero de tren en la vasta planicie de los escenarios americanos de las películas del oeste.Todos son rudos, increíblemente rudos e ignorantes; tal vez muy cerca de la muerte o del agua que es necesaria para el capitalismo.Los malos se convierten en buenos y los buenos se transforman en más buenos con el güisqui.Y las  gentes soportan el duro calor para esperar el final de un tren que no llega. Las maquinas de afeitar adolecen por su ausencia y las barbas hirsutas y llenas de polvo iluminan la pantalla por momentos como para desechar el temor de los que llevan los revólveres.La música acompaña.Los primeros planos son de Sergio Leone y las miradas se vuelven amenazadoras o sutiles escorzos que advierten de la posibilidad del soslayo.Los hombres malos sonríen ante "Cheyenne"( Jason Robards) que no es otro que otro "malo"."Armónica"( Charles Bronson) no es buen actor, pero sí buen personaje.Casi todos son fantasmas que muestran una debilidad : vivir entre los humanos.Parece que todo está lejos de la realidad cotidiana del siglo XXI.

Y la soledad de encontrarse con nada cuando quieres salir del mundo de la prostitución, cuando vuelves a creer en la redención y lo bello supera a lo religioso. Se trata de la señora Macvie ( Claudia Cardinale). Y otra vez la música de Ennio Morricone. Y, en ese momento, intuimos que la maldad ya ha desaparecido y el café puede volver a burbujear en las cafeteras metálicas del oeste que han visto morir a mucha gente.Nadie es un canalla en esta película como los hombres y mujeres que han luchado con inteligencia contra los otros hombres y mujeres.

El sexo es bárbaro, apasionado y dulce.Nadie entiende la situación de esos seres abandonados a un montón de porquería, que es la avaricia.Y un protagonista-tipo que no deja de sonar la armónica por un hecho pasado, indefectible; un bandido que ha convertido en melodía la venganza asquerosa de las almas que aún no habitan el cielo.Casi todo es problema de tiempo.El tiempo de adquirir las posesiones que habilitan al tren a circular por el camino que desea el potentado.Incluso cojeando no ha tenido valor de suicidarse.La soberbia no impide encargarse de los asuntos sucios. Y vuelve a sonar la armónica, metáfora sincera de la maldad o venganza.

Frank ( Henry Fonda) es bello, poco dulce, vengativo y valiente, pero...interesado:El dólar y el polvo de la tierra lo convierten en un ser cruel.O..¿quizá sea su alma, carente de dolor de no saber resolver los pequeños problemas infantiles que marcaron en sus ojos un odio sutil y una amable actitud ante la muerte ineluctable.Los bandidos reales- los que quieren botín de la arena del desierto- están enterrados en su propia miseria recordando a su madre cuando ya nunca no existe.

Sigue el tren los caminos que no tienen ya fin. La humillación laboral aparece en los chinos que solo limpian la ropa; hoy la hacen de marca con callada presencia de los hombres honrados. Y circulan los trenes más allá del destino, encontrándose , a veces, a caballos  muy dulces que solo anuncian presencia inhumana del destino más cierto: el papel siempre verde que ya encierra a los torpes.

Y siempre el agua como motivo directo; esa que  es acaso  un viejo reclamo del desierto que humedece las visiones de fábrica.Centenares de miles , de millones de dólares a los cuales acuden los que son más avaros, las mujeres más bellas y los de suelo infundado ( esos locos que piensan que el dolor  simplemente ya es un ligero papel  todo él ya sellado).

La mujer, sin remedio, ya descubre lo íntimo y resurge dos veces de su amor olvidado.El que la ama indecente la matara dos veces si la vida gustara, pero cierra los ojos al sentir las caricias de ese hombre que mató hace tiempo al  marido.Y lucha frente a frente , sin rencor ni recuerdo.Podría ser su pareja, pero el odio es más fuerte.Al final la subasta nos anuncia un buen fin y no termino la historia para no descubrir el calor de la tira, el sabor del buen vino.

Descubrídla esta tarde o, tal vez, de mañana. Esta historia es un dulce que no tiene final.

martes, 2 de abril de 2013

Intemperie



Acabamos de adquirir para nuestra biblioteca la novela titulada Intemperie, de Jesús Carrasco, publicada por Seix Barral.  
Se trata de una narración que transcurre a la intemperie, en un paisaje aplastante, árido y duro; un erial en donde hay pocos sitios en los que resguardarse de las inclemencias vitales. Tres personajes principales se encuentran o se persiguen: un niño que huye de su casa y de la violencia de un padre violento y despiadado, un viejo cabrero con el que se encuentra y que le ayuda en su escapada  y, por último, un alguacil pederasta que lo persigue para devolverlo a su antigua vida. Los tres protagonistas, a los que el autor no nombra, son tipos que representan con toda claridad arquetipos bien delimitados que se mueven por lugares sin nombre, en una época sin fecha, aunque recuerda la vida en España en los años cuarenta.
Antes de leer el libro había leído que esta novela está siendo comparada con “La Carretera” de Cormac McCarthy: sin duda, las historias se parecen porque unos personajes en continuo movimiento luchan por sobrevivir en un ambiente feroz y un niño es el protagonista,  pero la novela del español está ubicada en un paisaje muy español, describe certeramente la vida de los pastores, la tierra, las costumbres, los aperos, los paisajes y la naturaleza. Y, aunque el ambiente descrito sea tan duro, el lenguaje es poético y lírico; algunos ejemplos de estos aciertos: los galgos son “carnes escurridas sobre largos huesos”, el cinturón con el que el padre pega al niño es  “hebilla cobriza rajando el aire de la cocina”, el burro “pacía sobre recuerdos de viejos surcos”…
En fin, una buena novela que mantiene la tensión narrativa desde el principio al final, que sabe engarzar dureza y ternura y mostrar vileza y dignidad. 

domingo, 20 de enero de 2013

La piel que habito ( Almodrovas)

Hoy, después de dejar embarazada a la criada- que era mi madre- intenté ahogarme en la piscina de la casa del vecino, pero estaba vacía. Debéis saber que perdí a mi compañera de joven e intenté rehacer mi vida con otra mujer que, en el Paseo de Recoletos de Madrid, resultó ser un hombre joven que venía reconvertido en transexual de los años ochenta. No hubo rechazo ni un ligero desprecio hacia él, hasta que  descubrí que Walpurgis era Jacinto Molina. Pero desde Hollywood llegó Almodrovas y nos dijo que la pelambrera del pecho de Jacinto Molina era la de Antonio Banderas; no la  de El Hombre Lobo sino la de Walpurgis. Era la nueva piel que esperamos habitar los que circulamos por la catetez de los pueblos de La Mancha o por las avenidas de Hollywood- donde ahora reside,  ( no Walpurgis) sino Almodrovas .

En una pequeña tinaja de vino de Jerez apareció una muerta.Nadie sabe quién es. Si Walpurgis, Almodrovas o quizá Banderas. Dicen en el pueblo-ciudad llamada Jerez de la Frontera- que apareció  Rossy de Palma, esa belleza picassiana que no acaba de destacar por su chata nariz velazqueña.

martes, 27 de noviembre de 2012

La última noche en Twisted River de John Irving


Además de lo insoportable que resulta esta mañana tan fría y de la incomodidad que supone desligarte del "fluxo" sillón,  y abarcar con la vista las ya  viejas e insulsas calles de mi soso lugar de residencia, yo pretendo adornar con palabras no efímeras comentarios muy míos de esta nueva lectura de este autor norteamericano: John Irving .
Ya leí, hace tiempo, " El mundo según Garp" y no quedé defraudado. Ahora mismo termino la novela más última que conozco de él. Y se la ha comparado con las de Cheever y Carver (más bien cuentistas). De esto último no comparto ni un ápice; ni en estilo, ni en música, ni siquiera en imágenes que sugieren las tramas relatadas por ellos. La certeza vital que desprenden los últimos se me muestra disonante con la historia forzada de esta nueva novela. La han llamado sinfonía por la mezcla de historias.Circular es su argumento que termina en lo mismo que nos ofrece al principio ( no destrozo la intriga, pues no la tiene). Joven muerto en el río que da pie a aventuras de un padre y un hijo, una vez" bienhadadas", otra vez sin destino. Ese embalaje que recubre las idas y venidas de personajes de un lugar a otro son siempre una excusa donde Irving ( eso sí, buen "manejador" del engaño narrativo) se explaya en demasía. Y creo que con decir "explaya", ya está todo dicho. Pero quiero ser reiterativo y volver a repetir una vez más - si en alguna ocasión lo he puesto de manifiesto- que muchas novelas actuales se hacen tortuosas y pesadas por su larga extensión. Parece que todo se queda en esa máxima- ya caduca- de un buen comienzo y de un mejor final.El corazón del asunto narrativo merece más atención, no más palabras, no más retórica; pues, si no, termina siendo lo mismo que se critica. Cuando abarca uno( en la edición en rústica) seiscientas y pico páginas en una novela, espera que la historia central no devanee por afluentes que surgen en la mente del autor de manera inconstante. Parece John Irving desmadejar un capítulo, olvidarlo durante un tiempo y recogerlo más tarde, intercalando reflexiones, palabras o acciones que se alejan muy mucho de lo anunciado al principio. Es  algo caótico.Sus saltos en el tiempo, sus vueltas al pasado o su asiento en el presente están manejados con cierta torpeza, desde mi punto de vista. Es verdad que también maneja con maestría el principio y final de la historia contada; quizá un poco floja en su desenlace, pues recurre a un romanticismo blando y pueril no propio de quien es capaz de escribir tal número de páginas para contar una historia que es la historia de siempre: el impredecible lugar que ocupamos los hombres (¡sí... y las mujeres!) en este mundo imprevisible.

Decidí pasear un poquito más tarde de escribir esta crítica; situarme muy cerca de las páginas gratas y contemplar la campiña anunciando los verdes que ya pronto  darán el mismo fruto de siempre.

viernes, 26 de octubre de 2012

Las filofábulas para aprender a convivir

Las filofábulas para aprender a convivir


Es un libro reciente en nuestra Biblioteca.

Se trata de una recopilación de fábulas, parábolas y cuentos procedentes del mundo entero, realizada por Michel Piquemal e ilustrada por Liora Grossman, publicada en ediciones Oniro.
Yo añadiría otro subtítulo: “cuentos para aprender a pensar” pues estas 52 fábulas sirven para aprender a pensar.
A través de estos relatos, el autor ofrece a los lectores el punto de partida de divertidos debates y reflexiones, que les permitirá dar un mayor alcance y horizonte a su pensamiento. En cada relato aparece una serie de preguntas relacionadas con el mensaje de fondo invitando a pensar, reflexionar, opinar, discutir, cuestionar, etc.
Aborda temas de sociedad, política, convivencia, sabiduría, personalidad, salud, ecología y naturaleza, trabajo, ciencia, valores morales, valores ciudadanos, religión, costumbres, etc.

Es un libro bastante interesante para lectura, sobre todo para jóvenes y niños, aunque es aconsejable para todas las edades.

Bartolomé Miranda Jurado

Departamento de Filosofía